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Leer Parashá Y haftará

Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre.
Y salió el primero, pelirrojo, todo él velludo como una pelliza, y llamaron su nombre Esav.
Después salió su hermano con su mano asida al talón de Esav, y llamó su nombre Yacob. Y era Isaac de sesenta años cuando los engendró.

Gén 25:24-26

En la línea de los patriarcas de la Emuná, Avraham Aveinu representa al Padre Celestial, su hijo Yitzjak representa al Mashiaj, quien es el medio entre el Padre que promete y un pueblo sobre el que se cumplen dichas promesas, ese pueblo es Israel, nieto de Avraham Aveinu y el último de la línea patriarcal.

Patriarcas Representación Promesas
Avraham Padre El que promete
Yitzjak Mashiaj La Promesa
Yisrael Pueblo El Receptor

El Patriarca Yitzjak tuvo una vida muy especial, de allí su representación como el Mashiaj, el único patriarca que solo tuvo una esposa, el único que no salió de la tierra de Canaán, un personaje bíblico muy tranquilo y del que menos se habla en ella, un medio perfecto, ya que el medio para ser un buen medio tiene que anularse, de esa manera los extremos resaltan. En este caso los extremos dentro de los cuales este personaje media es Avraham Aveinu e Israel el heredero de las promesas.

En el único parto de su esposa Rivka, le nacen dos hijos a Yitzjak, que según la profecía cada uno de ellos representan dos pueblos, dos naciones. Y que el mayor serviría al menor.

El primer niño nace y nace totalmente velludo, a tal extremo que le ponen por nombre Esav, que es una forma del tiempo pasado de “Asa” que quiere decir “hacer”, entonces el nombre literalmente quiere decir “hecho” o terminado, como quien da por completado algo, ese fue el nombre del primer niño que salió de Rivka.

Por otro lado es importante hacer notar que la Torá dice que nació pelirrojo, y que más tarde le llama también “Edóm” que quiere decir precisamente rojo. Entonces este primer niño no solo trae con él la sensación de estar ya “hecho” todo (Esav), o sea terminado, sino que también trae con él una connotación de pecado, que es el significado del color rojo.

También es importante hacer notar que a pesar de ser el primogénito por haber nacido primero, o antes que el otro niño, no es el heredero de las promesas y pactos que YHWH hizo con Avraham Aveinu. Por el contrario, la Palabra dada a la madre cuando estaba embarazada le dijo que el mayor (Esav) serviría al menor (Yacob), algo totalmente contrario a las leyes familiares, algo fuera de lo normal, algo que no se espera que sea así, pero así lo dijo la Palabra de YHWH. Y no solo eso, más adelante YHWH dice algo más profundo por medio de un Naví, sobre estos dos hermanos.

Carga del oráculo de YHVH para Israel, por mano de Malaquías.
Os he amado, dice YHVH. Pero vosotros decís: ¿En qué nos has amado? Dice YHVH: ¿No es Esav hermano de Yacob? Pero a Yacob amé
y a Esav aborrecí. Sus montes destiné a la desolación y su herencia a los chacales del desierto.

Aunque Edom diga: Hemos sido arruinados, pero volveremos a edificar las ruinas, así dice YHVH Tzebaot: Ellos edificarán, pero Yo destruiré, y se les llamará Tierra Perversa, Pueblo de la Ira Perenne de YHVH.
Y vuestros mismos ojos lo verán, y diréis: ¡Grande es YHVH más allá de los confines de Israel!

Mal 1:1-5

Así que no solo tenemos el hecho que el mayor servirá al menor, sino que el mayor es aborrecido por YHWH mientras el menor o sea Yacob es amado, y dice la profecía que todo lo que Edom haga o logre hacer, YHWH lo destruirá.

Por otro lado la historia que la Torá nos narra sobre estos dos hermanos es muy dura, a tal extremo que por temor a que Esav lo mate, Yacob huye de la casa de su padre y cae en las manos de Lavan, quién se aprovecha de él y lo hace trabajar para él más de 20 años, durante los cuales lo engaño muchas veces. A pesar de que Esav le vendiera su primogenitura a Yacob por un plato de lentejas, Esav insistió en quedarse con la bendición de su padre y con todo lo que era de su padre.

Yacob tiene que pelear mucho, para finalmente contar con la bendición de ser llamado Israel, un reconocimiento por parte del Cielo, necesario para el cumplimiento de las promesas y pactos que fueran dados a Avraham Aveinu; pero luego de mucho tiempo y sufrimiento lo adquiere y retorna a su tierra, una tierra prometida para él y su descendencia.

El nacimiento de Yacob fue muy peculiar, salió de su madre tomando a su hermano del talón, de allí su nombre Yacob. Entonces en el nacimiento de estos dos hermanos, Esav salió y como una prolongación de él, como una extensión de él salió su hermano, aferrado al talón de su hermano mayor. Y como lo vimos anteriormente ese niño que salió después, el menor, el que pareciera ser la extensión o prolongación del primero, es el heredero de las promesas y de los pactos y no el hermano mayor, o sea el que salió primero, sobre el cual hay una maldición, YHWH lo aborreció y prometió que todo lo que Esav hiciera El lo destruiría.

CUMPLIMIENTO PROFÉTICO

De la misma manera como se sabe que los descendientes de Ishmael es el pueblo árabe, los descendientes de Esav también llamado Edóm son los romanos, así que todo lo dicho sobre Esav se dice proféticamente sobre el imperio romano, un imperio que ahora no es militar sino religioso y espiritual, conocido por el mundo como cristianismo (1). Este imperio es el mismo de los pies de la estatua de Nabucodonosor, es la transformación de la cuarta bestia de la visión de Daniel capítulo 7, es el mismo imperio llamado en la visión de las 70 semanas como “Abominación Desoladora”, es el llamado por el Nuevo Testamento como el Imperio del Anticristo.

A la primera venida del Mashiaj (Patriarca Yitzjak) dio a luz dos movimientos, dos pueblos, el primero en salir y por ello el mayor fue el cristianismo (Esav), un movimiento que dio la impresión a todos los que lo conocieron como que todo estaba terminado, todo estaba hecho o consumado, siendo ese movimiento o pueblo el heredero de las promesas y los pactos, esa es la impresión que se dio al mundo, nadie pensó que otro menor saliera de ese alumbramiento.

Pero salió otro después, y tomado del talón del primero, dando así la impresión de ser una prolongación del primero, rompiendo de esa manera la primera impresión de que todo estaba hecho, una impresión que el que salió primero dio, pero fue solo eso, una impresión. Para esto creo la doctrina de la “sustitución”, enseñando al mundo que el Israel físico ya no era el pueblo escogido sino ellos eran el Israel espiritual, sobre el cual las profecías se cumplían, es el mismo Esav peleando la primogenitura sobre la que él se cree merecedor, por ser el primero.

Y no solo eso, al igual que su padre Esav, el cristianismo trato literalmente de exterminar a quién ponía en riesgo su tan deseada herencia, la primogenitura, siglos de persecución, la destrucción del Templo y la ciudad Santa, las cruzadas y la inquisición y finalmente el Holocausto, son solo algunos ejemplos sobresalientes de cómo Esav trató de eliminar a Yacob, de la llamada gran tribulación que el cristianismo puso sobre el pueblo de Yacob, por lo cual Yacob salió del panorama, salió de la casa de su padre para poder salvar su vida.

Pero ahora este otro pueblo menor regresa a la casa de su padre, tal y como Su Majestad Yeshua lo profetizó por medio de la parábola del hijo pródigo, y está peleando para ser reconocido y llamado por el Cielo como Israel, designación necesaria para el cumplimiento de las promesas, y parte de esa pelea no es solo el proclamar que nosotros somos los descendientes de ese Yacob que tuvo que salir de la casa de su padre, sino que somos linaje del Mashiaj (Yitzjak), ese linaje que se le prometió que él vería, luego de presentarse él mismo como sacrificio de expiación por su pueblo (Yeshayá 53:10).

Somos ese niño pequeño que vino después del primero, después de Edóm, el heredero de las promesas, del que se dijo que el mayor le serviría, somos ese pequeño del que el mismo YHWH dijo que lo amó por sobre su hermano Edóm.

Somos ese pequeño que viene a romper la fantasía de que todo estaba consumado, de que todo estaba hecho, somos ese pequeño heredero de las promesas y de los pactos, somos ese pequeño que revela el pecado de su hermano Esav, llamado también Edom por su connotación de pecado, pues en lugar de obedecer los mandamientos de su Padre, los violó y así enseñó a todo el mundo a hacer, anulando la Torá y los mandamientos Divinos dados en Har Sinay, suplantando la verdad con la mentira, creando un camino ancho que muchos toman pero los lleva a la muerte, atrapados por la mentira y las tinieblas de su enseñanza.

Somos ese pequeño que ha encontrado y tomado un camino angosto, uno que pocos toman, pero lleva a la vida. Somos Israel, somos ese pueblo del que todos se habían olvidado, ese pueblo que ni siquiera es considerado en la escatología judía ni mucho menos cristiana, somos ese pueblo del que el profeta dijo:

Pero, he aquí vienen días, dice YHVH, en que no se dirá más: ¡Vive YHVH, que sacó a los hijos de Israel de la tierra de Egipto!
sino: ¡Vive YHVH, que sacó a los hijos de Israel de la tierra del norte y de todas las tierras adonde los había arrojado!, porque los haré volver a su tierra, la cual di a sus padres.

Jeremías 16:14-15


Según el profeta, el milagro de la liberación de nuestro pueblo de la esclavitud de Egipto, se vería opacado por el milagro que actualmente está pasando, y que somos nosotros la generación privilegiada en ser parte de ese cumplimiento, la recolección del pueblo de Israel, de en medio de las naciones a donde habíamos sido echados por nuestro pecado. Somos Israel somos esos pequeños de quién el profeta llama también Efraím.

Si marcharon llorando, Los haré volver entre consuelos, Y los haré andar junto a torrentes de aguas, Por una vía llana y sin tropiezo, Porque Yo soy a Israel por Padre, Y Efraín es mi primogénito.

Jer 31:9


R. Yehuda ben Israel

Nota: Con Cristianismo nos referimos a todo el movimiento cristiano mundial, no solo al catolicismo sino a todas sus derivaciones, entre ellas el protestantismo.