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Leer la Parasha y la Haftara

Israel amaba a Iosef más que a todos los demás hijos, por ser para él el hijo de la ancianidad. Le había hecho una túnica de manga larga.  Vieron sus hermanos cómo le prefería su padre a todos sus otros hijos, y le aborrecieron hasta el punto de no poder ni siquiera saludarle.

Bereshit 37: 3-4

            Israel amaba a Iosef más que al resto de sus hijos y le dio un regalo especial, equivocadamente muchos toman de aquí la enseñanza de que los padres no deben amar a un hijo más que otro, yo me pregunto ¿es eso un delito? ¿Verdaderamente Israel obró mal a darle un regalo a un hijo y no darle igual al resto de sus hijos?  La Escritura no le da a este acto ninguna connotación negativa, así que la connotación negativa es pura interpretación de los hombres, interpretación equivocada.

ODIO ENTRE HERMANOS

            ¿Acaso es responsable Israel por el hecho que los hermanos de Iosef lo odien por el bien que él le hace a Iosef y no a ellos? ¿No es a caso el corazón de los hermanos de Iosef los incorrectos por no alegrarse en el bien que su hermano recibe de su padre? Esa conducta egoísta entre hermanos había prevalecido en la casa de Avraham, Yitzjak y Yacob hasta ese momento, Ishmael odió a su hermano Yitzjak porque iba a heredar en lugar de él que era el primogénito, y  en lugar de eso fue echado de su casa junto con su madre, luego los gemelos de Yitzjak,  Esav odió a su hermano porque todo lo que su hermano recibió, siendo según él, el merecedor de todo lo que se le dio a su hermano menor Yacob.  Y ahora sucede lo mismo entre los hijos de Yacob, todo porque su hermano Iosef recibe algo de parte de su padre que ellos no reciben.

Y les bendijo aquel día, diciendo: “Que con vuestro nombre se bendiga en Israel, y se diga: ¡Hágate Elohim como a Efraím y Manasés!” – y puso a Efraím por delante de Manassés.

Bereshit 48:20

Efraím y Manashé son los primeros hermanos de la Casa de Avraham que no se odian por el hecho que uno reciba más que el otro, porque el menor que es Efraím recibiera mayor bendición que el mayor que era Manashé, esto no provocó que Manashé odiara a su hermano menor, por eso es que Yacob dijo que así se bendijera dentro de sus descendientes, y así es hasta el día de hoy, porque todo israelita bendice a sus hijos varones en la apertura de shabat diciendo “Que el Eterno te haga  como Efraím y Manashé”, dos hermanos que se amaron a pesar que uno recibiera más que otro por parte de su padre, dos hermanos que se gozan  en el bien que el otro recibe.

EL PADRE ES PADRE

 El padre por ser padre, tiene la absoluta libertad de amar a sus hijos de diferente manera a cada uno de ellos, y de manifestarlo con entera libertad por medio de presentes o con un trato especial, el propio Eterno esencia misma de toda paternidad es así.  El darle más a Itzjak que a Ishmael fue decisión del Eterno, al igual que amar a Yacob y aborrecer a Esav desde antes de su nacimiento, mostrando una soberanía paternal sobre los hijos. El Rav Shaul lo expresó de esta manera.

 ¿Qué,  pues,  diremos?  ¿Que hay injusticia en Elohim?  En ninguna manera.  Pues a Moshé dice:  Tendré misericordia del que yo tenga misericordia,  y me compadeceré del que yo me compadezca.  Así que no depende del que quiere,  ni del que corre,  sino de Elohim que tiene misericordia.

Romanos 9:14-16

 Los padres,  EN ALGUNA MEDIDA su paternidad les da esa soberanía y libertad sobre sus hijos, sin que el amor a un hijo signifique ceguera sobre actos de injusticia, y eso es muy importante, porque parte de la paternidad es la representatividad Divina sobre los hijos, así que la paternidad debe ser justa como el Eterno es justo, el amor a un hijo se manifiesta también en la reprensión que se le da al hijo amado por los actos incorrectos que comete, no corregir al hijo es una manifestación de falta de amor, y no amor.

CONCLUSIÓN

Hijos amad a vuestros hermanos y alégrense con el bien que su padre hace para con ellos, cuiden sus corazones de la envidia y los celos.  Padres obren con sabiduría y justicia, que el amor a un hijo no pervierta la justicia, entonces tendremos hogares sanos, embajadas del Reino del Eterno en este mundo.

R. Yehuda ben Israel