fbpx

Igualdad – la bandera del mundo finito

El enunciado de la igualdad es usado por un corazón malvado solo para justificar su deseo por tener lo que no tiene, pero que otra persona tiene, entonces en su corazón nace un sentimiento de inferioridad y proclama una falsa igualdad, reclama o hace lo que sea necesario para obtenerlo. Pero en realidad él no soporta que otro tenga algo y él no, el hombre no soporta estar bajo la autoridad de otra persona, porque eso lo hace sentir menos e inferior.

La realidad y nuestra percepción

(Imagen tomada de: https://www.google.com/amp/s/www.wired.com/story/the-matrix-code-sushi-recipe/amp)
El objetivo será en definitiva lo que determinará nuestra apreciación de la Realidad, vemos y entendemos lo que queremos ver y entender y nada más allá de eso, y hacemos de nuestra apreciación de la Realidad nuestra verdad, válida para nosotros y para todo el mundo, “éramos como saltamontes a nuestros ojos, y también a los ojos de ellos”.

El deseo egoísta

El dios que persigue el corazón egoísta es un dios hechura de sus manos y diseño de sus mentes, un dios que existe específicamente para satisfacer sus deseos más egoístas y banales, de allí la palabra plegaria, que es un ruego humilde para pedir algo, y para nada más, para pedir, ya que su dios es un dios que está a su servicio, para satisfacer sus necesidades, como un genio de una lámpara mágica. En estos sistemas religiosos todo gira alrededor de las necesidades del hombre y de un dios que las abastece.

El valor de la ofrenda

La Torá es de origen espiritual, esto quiere decir que ella no muestra el punto de vista de un hombre sobre lo ocurrido o lo que está ocurriendo, sino es el punto de vista Divino sobre el evento descrito en ella. Si fuera el punto de vista de un hombre, lo más seguro es que este hombre hubiera hecho un resumen de las ofrendas, pues para el hombre no es lógico repetir tantas veces la misma descripción de una ofrenda, porque aunque fue distinta la persona que la presenta la ofrenda sigue siendo la misma, así que humanamente es más fácil y tiene más sentido el resumir.

Parasha Bejukotai 2

Bejukotai

El hombre de hoy en día no acepta esa brecha, no acepta su realidad frente a su Creador, y no acepta nada que él no pueda aceptar como lógico y razonable, el hombre es soberbio y olvidando que fue el hombre el que fue creado a imagen y semejanza del Eterno, ahora es el hombre que quiere hacer del Eterno un dios a su semejanza e imagen, un dios con naturaleza humana más que Divina.

Parasha Bejukotai

Un Elohim mas allá de un hombre

Y es esta palabra la utilizada por la Torá para iniciar el condicionamiento a la recompensa o bendición para el hombre que obedezca al Eterno, la segunda palabra utilizada para esta introducción es “mitzvá”, que en su raíz indica “unión” esto nos dice que la obediencia no es un fin es sí misma, sino que debe tener como objetivo la “unión”, la unión entre El que ordena y el que obedece, entre el Eterno y el hombre.