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Leer la Parasha y Haftará

            Una serie de películas y libros que ha puesto a las mujeres de cabeza, romanticismo, romanticismo y más romanticismo es lo que ellas dicen cuando uno investiga el porqué gusta tanto.  Romanticismo que se lleva a cabo en la relación entre un vampiro que lleva 100 años de tener 17 y una mujer.

            Pero es interesante el porqué esta historia ha provocado este tipo de reacción en la juventud femenina.  En una sociedad machista (espiritualmente bajo un matriarcado espiritual) en donde los hombres han hecho sentir directa e indirectamente a las mujeres que son un mal necesario, un espécimen de inferior grado, en donde la mayoría de las mujeres casadas desconocen lo que es la felicidad y la satisfacción conyugal, y continuamente los hombres exigen pruebas sexuales de amor sin ningún tipo de compromiso, creyendo que la vida de soltero es mejor que el matrimonio, buscando primera y únicamente su propia satisfacción sin importar la mujer como un ser humano con vida, valor y sentimientos.  Edward, el vampiro protagonista de la película es un héroe para ellas.

UN PERSONAJE ROMANTICO

            Lo romántico que las mujeres encuentran en este personaje, es precisamente que en él encuentran todo lo que los hombres de hoy en día no pueden ni están dispuestos a dar, amar, sí, amar a una mujer más allá de sus más fuertes deseos egoístas, dar sin esperar nada a cambio, valorar a las mujeres y buscar siempre el bien para ellas.  Edward, protagonista de la serie de películas, a pesar de su naturaleza vampirézca que conlleva un fuerte deseo instintivo por comerse a su amada, él solo la besa, aunque para él lo mejor sería convertirla en vampiro con una mordida y estar juntos siempre, él prefiere no hacerlo por el bien de ella, queriendo ella tener relaciones sexuales, él lo condiciona al matrimonio, Wuao! Extraordinario, ahora entiendo porqué el escritor escogió un vampiro y no un hombre común y corriente, porque para la sociedad de hoy en día, si fuera un hombre sería visto como un tonto y ridículo, así que el personaje tiene que ser especial, un espécimen fuera de este mundo, fuera de esta realidad, un vampiro.

¿ACASO NO HAN LEIDO NUESTRA PARASHA?

            La Torá es el libro más romántico de todos los tiempos, Yacov se enamora de Rajel desde el primer día que la conoció, y ese mismo día lloró porque no tenía que darle a su amada, trabajó 7 años de su vida para ganarse el derecho de tomarla como esposa, durante esos 7 años que fueron cortos para él por el amor que le profesa,  no le pidió ninguna prueba sexual de amor, ni siquiera vivieron un noviazgo, nada que pudiera deshonrarla a ella, esperó trabajando para tomarla como su mujer, y en ese día tan esperado y trabajado es engañado por su malvado suegro, y sin darse cuenta le dan como mujer a Lea, hermana gemela de Rajel, y ahora para ganarse nuevamente a la amada, tiene que trabajar otros siete años, y los trabajó.

            A pesar del engaño, Yacov honró su compromiso con Lea, y fue la esposa que más hijos le dio, Lea siempre tuvo su lugar en el hogar de Yacov, es más, ella y no Rajel, fue enterrada en la gruta de Majpela, junto a su esposo Yacov y sus ancestros, un lugar para la eternidad.

             Todas las historias de los patriarcas de la fe son sumamente románticas, y lo mejor de todo es que no son personajes ficticios sino reales y verdaderos, los hombres hijos de Yacov, son como él, hombres que han comprendido que las mujeres manifiestan una imagen y semejanza Divina, hombres que aman a sus esposas más allá de sus propios deseos egoístas.  Hombres que velan por el honor de sus esposas, amándolas sin esperar nada a cambio y sin importar lo que sea necesario dar, por el bien de ellas.  Cultivando hogares sanos en los cuales sus esposas puedan vivir en paz y armonía, con una sana autoestima.

            Hombres sobre los que pesa la mitzvá Divina de la oná (deber conyugal), buscando siempre la satisfacción de su esposa en todas las cosas y encontrando de esa manera su satisfacción personal, amando.  Hombres que ven a su esposas como coronas sobre su cabeza (Prov 12:4), como la gloria que buscan alcanzar (1era Cor 11:7).    

            Los hijos de Avraham somos hebreos, porque venimos de “otro lado”, un lado de esta creación en donde se vive en el “Jardín del Edén” por eso podemos vivir en ese Jardín de este lado de la creación, reproduciendo ese Jardín Edénico en nuestros hogares, haciendo de nuestros hogares un refugio no solo para nosotros, sino para nuestras esposas e hijos, quienes crecen sanamente, sin traumas emocionales ni mentales, amados por nosotros, esposos y padres representantes de  la presencia Divina en nuestros hogares.  Si las vidas matrimoniales de los hijos de Yacov fueran proyectadas en una pantalla de cine, cada una de ellas fuera de las películas más románticas de la actualidad. 

El escritor de esta serie realza la degeneración de los valores éticos y morales en la sociedad al transcurrir del tiempo, encontrando en cada uno de la pareja protagonista, valores distintos, con una diferencia de 100 años, para ella mujer de hoy, el sexo no tiene importancia ni crea compromiso, pero para él, es cosa exclusiva del matrimonio, para ella el pecado no se toma en cuenta, para él es cosa que arriesga su alma si es que la tiene.  Cien años de cultura que evidencia en la película la degeneración moral de dos sociedades distanciadas por solo 100 años, pero los hijos de Yacob, vivimos bajo los principios morales y éticos no de hace 100 años sino desde el inicio de la Creación, revelados hace más de 3,000 años en el Monte Sinaí, valores que evidencian la degeneración de las sociedades a lo largo de 3000 años, para estas sociedades somos retrógradas, somos anticuados y ridículos, nuestra cultura revelada por el Cielo en el Monte Sinaí es ridiculizada por aquellos cuyos principios y valores son de la época, son actuales, llevando a todas las naciones al despeñadero.

Los principios y sabiduría Divina revelados en el Monte Sinaí, es la única manera que hombre y mujer pueda encontrar su makom (lugar), y solo aquel que ha encontrado su makom puede alcanzar la felicidad y hacer feliz a otro, ayudándolo a alcanzar su makom, solo así podrá completar su razón de vida y la satisfacción interna, el ayudar a mi conyugue a que encuentre su makom y se realice en esta vida, no atenta contra mi felicidad ni mi honor, lo sustenta y lo edifica.

No se confunda, no somos vampiros, somos hebreos, aunque no somos de este mundo, somos hebreos “del otro lado”.  Fuimos llamados para enseñar a las naciones que sí es posible vivir en paz y armonía, que sí es posible edificar un hogar de paz y felicidad, que efectivamente una mujer puede ser feliz al lado de su esposo, que las mujeres con una sana autoestima sí existen, son nuestras esposas e hijas, fuimos llamados a enseñarle al mundo como se ama a una mujer.

 R. Yehuda ben Israel