Leer la Parasha y la Haftara
Éxo 21:1 Y estos son los decretos que les promulgarás…
La palabra que en este verso se traduce como “decretos” es “MISHPATIM”, y da nombre a nuestra porción de esta semana, el relato de la entrega de la Torá, para muchos estudiosos es interrumpido para la presentación de estas leyes llamadas MISHPATIM, al pueblo de Israel, y es precisamente debido esto, que para ellos estas leyes son de gran importancia..
Estas leyes tienen por objetivo instruir al hombre sobre su comportamiento para con sus prójimos, para con el otro ser humano, instruye sobre el cómo debemos actuar en nuestras relaciones con la demás personas, cómo debemos actuar cuando algo nuestro ocasiona daño a otra persona, cómo debemos afrontar nuestra responsabilidad y rectificar el daño ocasionado, en otras palabras, estas leyes nos instruyen sobre nuestra conducta integra conforme a la justicia dentro de nuestra sociedad, nos instruyen sobre el respeto y el amor por el prójimo.
¿SON IMPORTANTES ESTE TIPO DE MANDAMIENTOS?
Más de lo que creemos, primero consideremos que la entrega de la Torá fue interrumpida para dar los Mishpatím, o sino fue interrumpida, podríamos interpretar que la entrega de las Diez Palabras, fue solo introducción para dar estas leyes llamadas Mishpatím, y eso nos mostraría su verdadera importancia.
En segundo lugar, debemos tomar en cuenta, que para el Salmista, los Mishpatím son la base del Trono Celestial.
Psa 89:14 Justicia y juicio (mishpat) son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van delante de tu rostro.
En tercer lugar, si tenemos por verdad que el resumen u objetivo de toda la Torá es el amor al prójimo, estas leyes son las que nos instruyen sobre legislar o evaluar ese amor para con nuestro prójimo.
Entonces el cumplimiento de las leyes Mishpatím son las leyes más importantes, las demás leyes son solo un medio para que finalmente los hombres podamos cumplir las leyes Mishpatím. Porque con ellas amamos a nuestro prójimo, objetivo de la Torá, y con ellas estamos fundando y o edificando en este mundo, las bases para el establecimiento del reino del Eterno.
El propio Moshé le da una gran importancia a este tipo de mandamientos:
Deu 7:11 Guarda, por tanto, los mandamientos (mitzvá), estatutos (Juk) y decretos (mishpatim) que yo te mando hoy que cumplas.
Deu 7:12 Y por haber oído estos decretos (Mishpatim) y haberlos guardado y puesto por obra, YHWH tu Elohim guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.
Deu 7:13 Y te amará, te bendecirá y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.
Deu 7:14 Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus ganados.
Deu 7:15 Y quitará YHWH de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.
Aunque hay varios tipos de mandamientos, algunos descritos en el verso 11, la recompensa que el Eterno dará al hombre por su obediencia el verso 12 la restringe a los Mishpatím, recomienda la obediencia a todos los mandamientos por supuesto, pero muestra que el objetivo de todos los demás es ayudarnos, capacitarnos y llevarnos al cumplimiento de los mandamientos nombrados MISHAPATIM, siendo los MISHAPATIM el objetivo de toda la Torá.
Que son precisamente los que nos instruyen sobre la responsabilidad de nuestros actos para con nuestro prójimo, las leyes de rectificación y restablecimiento del daño que hemos cometido, etc. A un hombre que actúa conforme a las leyes MISHPATIM, es el hombre llamado por las Escrituras, como un justo, un Tzadik, cuyo término proviene de Tzedek que quiere decir justicia. También cuando la relación del hombre para con el Eterno es la que ha llevado al hombre a actuar conforme a los Mishpatím, es llamado un hombre íntegro, Tamín en hebreo. Y entonces las palabras del Salmista nos darán una mayor comprensión sobre la importancia de estos mandamientos.
Sal 18:20 YHWH me ha premiado conforme a mi justicia (Tzedek), Me ha retribuido según la pureza de mis manos,
Sal 18:21 Porque he guardado los caminos de YHWH, Y no me aparté impíamente de mi Elohim.
Sal 18:22 Pues todos sus preceptos (MISHPATIM) estuvieron delante de mí, Y no me he quitado de encima sus estatutos.
Sal 18:23 He sido para con Él íntegro (Tamím), Y me he guardado de cometer iniquidad.
Sal 18:24 YHWH ha retribuido mi justicia (tzedek), La pureza de mis manos ante sus ojos.
Sal 18:25 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto (tamán) para con el hombre íntegro (tamín).
REFLEXIÓN
La observancia de las leyes del Shabat, la circuncisión, las oraciones, los ayunos, la fe y toda creencia Divina que nuestra mente pueda concebir, no son nada, si el hombre no se conduce en justicia para con su prójimo. En Guatemala y el mundo estamos llenos de religiones y creencias espirituales, casi todo el mundo dice tener fe, creer en “Dios”, y ahora hasta algunos decimos guardar los mandamientos de la Torá, pero todo eso es vanidad, cuando esa fe, esa obediencia a los mandamientos o esa religión, no hace al hombre ser justo, caminar con integridad conforme a los mandamientos Mishpatím, cuando no ama a su prójimo, cuando no se hace responsable del daño que ocasionan sus actos, y no rectifica para con su prójimo, cuando no respeta la propiedad ajena, cuando no respeta y honra a sus padres, etc.
La maldad crece a pasos gigantes en nuestra sociedad, la violencia intrafamiliar y la desintegración de la familia, la delincuencia, el robo, el adulterio, la fornicación, la corrupción, todo crece y se realiza con normalidad en nuestra sociedad de una manera descarada y a la vista de todos, en una sociedad donde hay miles de templos e iglesias, en una sociedad donde todos dicen creer en “Dios”, profesan una religión, tienen un fe y doctrina que rigen sus vidas, una sociedad donde hasta en los colegios seculares, ponen a los niños a orar a un “dios” en las clases, ¡¿Cómo es esto posible?!
Necesitamos profetas como Jeremías, que muestren a la gente su pecado, su idolatría, necesitamos gritar a los cuatro vientos que todo el mundo se ha olvidado del Eterno, de Su Torá y de su razón, que no confíen en palabras de mentira que les dice “no importa lo que hagas dios te ama” “aunque no has podido caminar justamente El te quiere”, “ora y ayuna y tu realidad cambiara” “Tú solo confiésalo como tu dios y él te salvará” “tú solo obedece mandamientos y te irá bien” MENTIRAS!! HIPÓCRITAS!! IDOLATRAS!! Sus corazones están podridos y han sido endurecidos por su propia maldad, y todos los que creen a palabras de mentira, serán castigados tal y como aquellos que profieren las mentiras, pues tan grande es la maldad del profeta mentiroso como aquél que cree en esa palabra de mentira.
Ese dios que predican no es el Elohim de Israel, esa fe que enseñan no es la fe de Israel, esa instrucción que dan, nos es la Torá, y ese mesías que tienen, no es el mesías de Israel, El Eterno es un Elohim justo, y todos sus hijos son justos, como El es justo, y El no ama al que obra con maldad.
Sean Santos, porque Yo soy Santo… Dice YHWH Tzebaot! El Dios de Israel y dueño de los cielos y la tierra y todo lo que en ellos hay, la fe verdadera, la observancia a los mandamientos verdadera, es la que transforma el alma del hombre, es aquella que hace del hombre pecador, un justo, haciendo que obre conforme a los mandamientos Mishpatím por naturaleza, que sean los Mishpatím parte de su esencia misma, y que por eso no pueda quebrantarlos, porque sería algo anormal para él, y no lo podría hacer.
Isa 58:1 Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.
Isa 58:2 Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia (tzedek), y que no hubiese dejado la ley (Mishpat) de su Elohim; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Elohim.
EL MASHIAJ
Aunque para este mundo hayan muchos dioses y señores, para nosotros solo hay un Elohim, YHWH, de quién proceden todas las cosas y nosotros somos para El y para nadie más, y un solo Señor, Su Majestad Yeshua, el único y verdadero Mesías, por medio de quien son todas las cosas y nosotros por medio de él podemos ser para YHWH.
El verdadero y único poder salvador y redentor del Eterno, vino a este mundo por medio de Su hijo, Su Majestad Yeshua, el verdadero y único Mesías, y al entregarse él mismo como sacrificio de expiación por nosotros, logra de una manera sobrenatural sobre aquél a quien el Eterno ha querido compadecerse, darle vida, a través de una transformación de naturaleza, salvación de su maldad, y así proveer una redención al hombre, siendo la obediencia a los mandamientos de la Torá, solo una manifestación de la obra redentora.
Un hijo del Eterno no puede caminar conforme a la maldad, porque la maldad es ajena a El, alguien que ha nacido de nuevo por medio de la salvación que llegó a este mundo por el sacrificio de Su Majestad Yeshua, el verdadero y único Mesías, vive su vida conforme a esa nueva naturaleza, conforme a los mandamientos de la Tora de su Padre Celestial, El que lo envió. Porque ha sido justificado (hecho justo) por el poder de la sangre derramado en el madero para tal efecto.
Y entonces ese nuevo hombre se convierte en un medio para manifestar el amor como esencia Divina, en este mundo, la injusticia y la maldad no pueden habitar en un corazón que ha nacido de nuevo. Ese es el único y verdadero evangelio, el verdadero y único mensaje que el Eterno dio en el monte Sinaí, el único y verdadero mensaje que Su Majestad Yeshua enseño y que sus discípulos predicaron.
1Jn 3:4 Todo el que practica el pecado, también practica la infracción de la Ley, porque el pecado es infracción de la Ley.
1Jn 3:5 Y sabéis que Él fue manifestado para que cargara los pecados, aunque en Él no hay pecado.
1Jn 3:6 Todo el que permanece en Él, no peca; todo el que continúa pecando, no lo ha visto ni lo ha conocido.
1Jn 3:7 Hijitos, nadie os engañe: El que practica la justicia es justo, como Él es justo;
1Jn 3:8 el que practica el pecado procede del diablo, pues el diablo peca desde un principio. Para esto fue manifestado el Hijo de Dios: para que destruyera las obras del diablo.
1Jn 3:9 Todo el que es nacido de Dios no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él, y no puede pecar, pues es nacido de Dios.
1Jn 3:10 En esto se manifiestan los hijos del diablo: Todo el que no practica la justicia y el que no ama a su hermano, no es de Dios.
Nunca es tarde para arrepentirse, nunca es tarde para aceptar que se ha estado equivocado, y si estamos consientes de esta realidad, eso ya es una señal que la puertas del Cielo están abiertas y listas para recibir nuestro arrepentimiento, y para que por esa misma puerta, salga nuestro perdón.
Shabat Shalom
R. Yehuda ben Israel