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Leer la parasha Vayikrá

Con esta parashá titulada Vaikrá iniciamos el tercer libro y libro central de la Torá, el libro que lleva el mismo nombre, Vaikrá.  En este libro el lector que inicia su lectura podrá darse cuenta que el libro inicia describiendo los distintos tipos de ofrendas que deben ser llevadas por los israelitas al Mishkán, si a eso sumamos que en español han llamado a este libro Levítico, como correspondiente al sacerdocio levítico, veremos porqué este libro ha sido y es de poco interés para la mayoría de lectores de la Biblia, pues para quién no es levita, este libro no es para él, y como ya no se sacrifican animales por no haber tabernáculo, entonces ¿porqué invertir tiempo en conocer lo que ya no se puede hacer hoy? entonces este libro para un lector promedio no tiene mayor interés, algo totalmente erróneo desde nuestro punto de vista, pues este libro como libro central de la Torá es de vital importancia en su estudio.

Lev 1:1 Y llamando YHWH a Moisés, le habló desde el Tabernáculo de Reunión, diciendo:

Lev 1:2 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando alguno de vosotros presente una ofrenda a YHWH, aproximaréis vuestra víctima de animales del ganado o del rebaño.

La palabra traducida no sólo en este pasaje sino en todos los demás en este libro para referirse a las ofrendas de animales es “korbán”, que viene de la palabra “kará” que se refiere a acercar o abordar.  Y este significado es realmente el sentido de las ofrendas (korbanot en hebreo) acercar al hombre que se ha distanciado del Eterno por alguna acción contraria a la justicia Divina, por violar un mandamiento de la Torá.  Así que este libro al instruirnos sobre los korbanot (ofrendas), nos está instruyendo sobre los procesos estipulados por la propia Torá para aquella persona que la ha infringido, y así al seguir estos procesos de acercamiento, el hombre puede retornar al estado que tenía antes de pecar.

Esto es parecido a la ley de tránsito, la ley de tránsito estipula leyes y normas que no deben ser violadas por sus ciudadanos, pero la misma ley estipula que en el caso que un ciudadano quebrante alguna norma de esa ley, deberá proceder a iniciar un procedimiento estipulado por la misma ley de tránsito, para que la infracción sea cancelada y el récord del ciudadano esté nuevamente limpio, como estaba antes de la infracción, de no cumplirse con el procedimiento que estipula la ley, el infractor seguirá siendo infractor de la ley de tránsito, y sujeto a lo que la misma ley estipule para los infractores.

Así que el conocer lo descrito en el libro de Vaikrá es de suma importancia, porque de otra manera un hombre que por error haya violado algún mandamiento de la Torá, con este libro sabrá qué tiene que hacer para solventar su situación frente a la Torá y el Eterno. Por eso en nuestro estudio de este libro, debe no solo entenderse la razón y la operación de cada ofrenda en su letra, sino encontrar los principios Divinos aplicados a cada uno de ellos, para poder cumplir con esos procedimientos de restauración del alma.

RECETA BÁSICA

Nuestra parashá después de mostrar los distintos korbanot, finaliza con una receta básica, la cual está descrita en el capítulo 5: 20-26 (6:1-7 en las Biblias cristianas), resaltaremos los pasajes claves.

Lev 6:1 Habló YHWH a Moisés, diciendo:

Lev 6:2 Si una persona peca y comete prevaricación contra YHWH, ya sea engañando a su prójimo en cuanto a depósito o prenda confiada en su mano, o por hurto, o por extorsión a su prójimo,

Lev 6:3 o por hallar algo perdido y negarlo, y por cualquiera de estas cosas que puede hacer el hombre, jura falsamente pecando con ellas,

Lev 6:4 cuando haya así pecado y resulte ser culpable, devolverá lo que robó o defraudó, o el depósito que se le encomendó, o la cosa perdida que halló,

Lev 6:5 o todo aquello en lo que haya jurado falsamente. Lo devolverá pues por entero, el día de la ofrenda por su culpa, añadiendo a ello su quinto, que le dará a aquel a quien pertenece.

Lev 6:6 Y como ofrenda por su culpa (asham) ante YHWH, llevará del rebaño al sacerdote un carnero sin defecto, según tu estimación, como ofrenda por la culpa,

Lev 6:7 y el sacerdote hará expiación por él delante de YHWH, y le será perdonada cualquier cosa que haya hecho por la cual sea culpable.

  1. El verso 2 nos muestra la falta del hombre cuando este ha violado un mandamiento de la Torá, dice que cuando el hombre ha engañado o causado daño a su prójimo, ha pecado contra el Eterno también.  Este pecado lo ha distanciado espiritualmente de la Presencia Divina, por decirlo de otra manera, el alma del hombre se ha impurificado y ha descendido espiritualmente, entonces surge en el hombre la necesidad de retornar a su estado espiritual anterior, eso es lo que llamamos teshuvá (arrepentimiento).
  2. El verso 5, nos muestra que el hombre luego de su arrepentimiento debe rectificar el daño hecho a su prójimo, esto es devolver lo robado, o sea restaurar el daño hecho, este sería el primer paso luego del arrepentimiento, en busca de la recuperación del estado espiritual anterior, o sea el perdón.
  3. El verso 6 nos dice que el pecador debe presentar una ofrenda por su culpa, ofrenda llamada en hebreo “asham”, esto siguiendo el mismo principio de la rectificación del daño hecho, pues cuando cometemos un error contra la Torá, no solo hacemos daño a nuestro prójimo, sino que también provocamos daño a nuestra propia alma, este segundo paso entonces sería la restauración del daño interno del pecador, por medio de esta ofrenda el hombre debe buscar restaurar el daño que su acto fuera de la Torá provocó a su propia alma.  Por medio de una correcta operación por parte del sacerdote de esta ofrenda, el hombre podría rectificar ese daño en su alma.  De lo contrario, o sea de no hacer nada para rectificar ese daño interno, la kabalá enseña que el hombre expiará de todos modos, pero será con sufrimiento en esta vida.
  4. Por último el verso 7 nos dice que si todos los pasos ha sido ejecutados correctamente, finalmente el hombre que pecó alcanzará el perdón de sus pecados.  Esto significa que ha retornado al estado anterior a su falta, se ha acercado de nuevo al Eterno, pues su falta lo había distanciado.

Como hemos podido apreciar, los procedimientos establecidos en este libro de Vaikrá, y los diferentes tipos de ofrendas establecidos para cada situación posible en la vida del hombre, son de vital importancia para toda aquella persona que por un error haya violado la Torá, y que consiente de su falta y el daño provocado tanto interna como externamente a su persona, se arrepienta y desee retornar al Eterno por medio del perdón de su pecado.

EN LA ACTUALIDAD

Hoy en día muchos podrán pensar que por no haber tabernáculo y no poder entonces sacrificar los animales estipulados por la Torá, este tipo de procedimiento es obsoleto, pero creemos que ese tipo de pensamiento es un error, porque el Eterno es fiel y El no pudo haber abandonado a su pueblo sin un medio por el cual el pueblo pudiera retornar a Él.  Pensar de esa manera sería pensar que el pecador de hoy en día no tiene esperanza de alcanzar el perdón de sus pecados, pues sabemos que sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados. Por otro lado sería absurdo pensar que todo lo escrito en su Torá fuera de válidez temporal, pues sabemos que su Palabra comparte su misma esencia, es eterna e inmutable.

Así que hoy día, si tenemos un tabernáculo sobre el cual se operan nuestras ofrendas, es el tabernáculo que se le mostró a Moshé en el monte Sinaí, cuando se le dijo que hiciera el Mishkán tal y como se la había mostrado.

Éxo 25:8  Y harán un santuario (mikdash) para mí,  y habitaré en medio de ellos.

Éxo 25:9  Conforme a todo lo que yo te muestre,  el diseño del tabernáculo,  y el diseño de todos sus utensilios,  así lo haréis.

También tenemos sangre para la remisión de nuestros pecados, esa sangre es la sangre del Mashiaj en su función como Mashiaj ben Iosef, Su Majestad Yeshua murió en el madero como el cordero del Eterno que quita el pecado del mundo.  Si esto no fuera así, no habría manera de retornar al Eterno, no habría una opción de retorno para el pecador de este tiempo, pues como dijimos anteriormente, sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados.

Por el otro lado, ese tabernáculo y esa sangre habilitados hoy en día para el perdón de los pecados del hombre, no lo exime de los procedimientos mostrados en la Torá, pues necesitamos hacer algo para que esa sangre sea efectiva para el perdón de nuestros pecados, y que el Sumo Sacerdote lleve al lugar Santo nuestra solicitud de perdón.

El arrepentimiento es la base para el procedimiento, la conciencia del hombre sobre su falta es de vital importancia, pero también la conciencia del daño provocado al prójimo y a su propia alma.  Debe rectificar el daño hecho exteriormente, devolviendo lo robado o arreglando el daño hecho, como siguiente paso debe dar algo de sí, algo de su propiedad, sobre el cual él pueda poner su necesidad de expiar su alma, su necesidad de rectificar el daño que él mismo ha provocado en su alma con su falta, pues de lo contrario no podrá alcanzar el perdón de su pecado.  Pues al mismo tiempo con esa dádiva como korbán o con ese desprendimiento él se está uniendo a ese sacrificio del Mashiaj para que esa sangre sea válida para el perdón de su pecado, pues de lo contrario como lo dice la kabalá, su alma expiará su falta por medio del sufrimiento en esta vida.

¿A DÓNDE SE LLEVAN ESTAS OFRENDAS?

Éxo 25:8  Y harán un santuario (mikdash) para mí,  y habitaré en medio de ellos.

La palabra mikdash quiere decir literalmente santuario, esto nos dice que lo que el Eterno le pidió al pueblo fue santificar un lugar más que edificar el tabernáculo, por eso en el judaísmo cree que a través del ejercicio de la santificación de un lugar el alma del hombre se dispone a que la Presencia Divina more en él, de allí que ahora las “bet Hakenezet” o casas de estudio, dentro del judaísmo se dispongan como un lugar santificado, un mikdash, y por eso ciertas normas del tabernáculo sean utilizadas en las Casas de Estudio.

Cada Kehila (congregación) debe disponer de un lugar santo, de un santuario para un encuentro con la Presencia Divina, un lugar no solo en el que el hombre reciba la instrucción del Eterno para su vida, sino que también sea el lugar donde él lleve lo consagrado al Eterno.  En donde la persona que esté ejerciendo una función sacerdotal (no simplemente un maestro) bajo la autoridad y cobertura de Su Majestad Yeshua como el Mashiaj ben Iosef, opere cada una de esos korbanot (ofrendas) de la manera tal y como la Torá lo instruye, y entonces la kehila podrá alcanzar el perdón de sus pecados.

Shabat Shalom.

R. Yehuda ben Israel